Es el segundo año que publico mi "TOP 10" del año, y creo que este será el primer año en que lo publique completo. Es una de las pocas ocasiones que plasmo cosas personales en este blog, pero me sirve de alguna forma para revisar lo recientemente vivido yponer en la balanza lo bueno y lo malo de este año. Demos comienzo a la cuenta:
10.- La Cacería del Antonov.
fue divertido ir con unos amigos al Terminal Terrestre, con el objetivo de filmar para Holcim el aterrizaje en Guayaquil del Antonov, el avión más grande del mundo. Fue como ver a una ballena metálica de la Guerra Fría bajar de entre las nubes. Muy divertido.
9.- El Concierto de Soda
Por fin llegó el evento que estuve esperando desde que era un adolescente que se pasaba horas con los audífonos en las orejas, oyendo "Doble Vida" y "Canción Animal". No sólo que se trató de un concierto espectacular; además de ello, me sirvió para reflexionar sobre las diferencias entre adolescente huesudo y granuliento que babeaba soñando por aquel concierto, y el viejo de 33 con papada que lo presenció.
8.- Encuentro con los panas en enero.
Los panas están ahí cuando algo especial está por pasar. Pude contar con la visita de este par de desadaptados sociales, a quienes con orgullo puedo definir como hermanos mios, justo a la víspera del nacimiento de mi hijo. Ante ello, sólo puedo expresar mi gratitud diciendo "Gracias, par de badeas!". Se los echa mucho de menos.
7.- Clases de Arte Contemporáneo.
Después de un semestre fuera del campus universitario, resulta mentalmente refrescante volver a la Universidad a dar clases. En especial cuando se trata de una materia tan nutriente para el espíritu del profesor de los alumnos, como lo son las clases de "Arte Contemporáneo" que dicto en la Facultad de Comunicación de la UEES. AMo dar esa clase. Espero que -como todo amor- pronto fecunde frutos. Los tendré al tanto de mi libro sobre la materia. Hasta entonces, mi gratitud con mi Decána Mónica y con mi Director Manuel. No sé si alguno de mis alumnos llegue a leer esto, pues no recuerdo haberles hablado de este blog. De todos modos, por mi parte, ¡gracias, chicos! Ojalá hayan aprendido de mi tanto como yo de ustedes.
6.-Las Cartas de Alberto.
En este mundo del bloggeo, uno no puede evitar sentirse pequeño ante la inmensidad del mundo virtual que se confronta. Sensación semejante deben haber tenido los náufragos al botar sus botellas con mensajes al mar. Así mismo, cuando uno de esos náufragos recibía respuesta a esos mensajes sometidos al capricho de las olas, la emoción debe haber sido enorme. Creo que fue algo así lo que sentí cuando encontré en mi e-mail una carta del arquitecto español Alberto Campo-Baeza, mencionando que los caprichos del azar lo hicieron dar con mi página. Gracias por tus palabras de aliento, Maestro. No s animan a seguir en esta quijotada contra el mal gusto.
5- La Despedida de Gokú.
Hay un monento de la vida en que uno puede metaforizar su vida con un comedia de T.V. por cable. Tus amigos son personajes de esa comedia, junto a tí. Esta metáfora es fácil, porque en esa étapa, tanto tú como esos amigos son felices, la pasan bien. Sin embargo, el tiempo pasa, y los miembros de la comedia poco a poco arman su vida, cada cual por su cuenta cada cual por su lado. Te empiezas a ver con tus panas con una frecuencia menor a la acostumbrada. Aún así, en cada uno de estos esporádicos encuentros, es como si el tiempo no hubiera pasado; a pesar de la aparición de las calvas, de las libras de más, de las libras de menos.
La comedia se convierte entonces en un "especial", un reencuentro esporádico, fuera de la cotidianidad que se vivía antes. Creo que esa es la mejor forma de describir lo ocurrido en el mes de mayo, cuando regresé a Quito, a despedir a mi pana Gokú, quien se fue a vivir al Japón.
Nunca tantas estupideces fueron dichas en tal cantidad y a tal velocidad, ni nos habían causado tanta risa.
Definitivamente, valió la pena el dolor de huesos a la mañana siguiente, luego de aquella farra que durara hasta las 8 de la mañana.
Será hasta el próximo especial, hermanos.
4.- Terminó el Terminal.
El proyecto al que me he dedicado completamente durante estos últimos dos años. Creo que nunca dejará de sorprenderme cómo esa montaña de hormigón viejo y escombros se convirtió en un enorme Outlet con capacidad para 150 buses y 120.000 personas. Como he dicho antes, esto ha sido como un Postgrado en Construcción para mí. Ha sido también la oportunidad de conocer amigos nuevos, involucrados en el medio, que posiblemente nos volveremos a topar en los proyectos que depare el futuro.
Sorprendente. Lo hicimos.
3.- El Milagro de Rodrigo.
Fiel al concepto post-moderno de este mundo actual carente de la antigua épica, estoy convencido que en este mundo no existen los héroes tal como los imaginaban nuestros padres y abuelos. ¿pero es acaso el nuestro un mundo sin épica? Creo que los actos heroicos están más en las cosas sencillas. En ocasiones, respirar puede ser una verdadera lucha campal, y nadie lo nota. En este espacio, rindo mi tributo y expreso mi afecto a Rodrigo Peña; suegro y amigo, quien ha dado hasta la fecha un par de batallas ejemplares para todos.
2.- Un año con la Peke.
Como dijera alguna vez, mi "compañera de viaje, mi abrigo y mi reposo".
Hace un año, mi vida personal tuvo un giro radical. Un cambio al que muchos temen, y que muchos evaden. En mi opinión, si ha sido un cambio dramático el que he tenido desde que dije "Sí, acepto", pero gracias a tal giro de timón, puedo decir que las cosas que hago han adquirido mayor significado.
El tiempo me reafirma que si tuviese que vivirlo todo otra vez, no cambiaría nada. Lo viviría tal como lo viví.
Besos, Pequeña.
1.- Alejandro Llegó.
A comienzos del año pasado, llegó a la casa un nuevo inquilino. Gordo, no tan patucho e increíblemente capaz de derretirnos a la Peke y a mí. Por ello, optamos por no cobrarle el alquiler de la cuna, y nos desvivimos por contemplar sus hazañas y travesuras.
En el transcurso de este año, el pequeño Ale (alias el "Budha colorado") ha aprendido a sentarse, a gatear y a caminar. Llama a comida antes que a sus padres. Muere por los carros y los aviones. Persigue a Vitruvio (el gato) para halarle el rabo y reparte sonrisas a quemarropa.
El tiempo pasa a una velocidad distinta cuando eres padre; y te fijas en cosas que normalmente no serían dignas de tu atención. Uno mira y se asombra a través de los ojos del hijo. Una experiencia que vale la pena.
Bienvenido, mi pequeño Budha Colorado. Tus papás te agrecemos tu llegada.
-0-
Ahora sí, desdiciendo a Gustavo Cerati, "me [quitaré] el uniforme de piel humana", y vuelvo a ser el mismo iconoclasta combatiente del mal gusto, que no expresa mayor referencia de su vida personal.
¡Hasta el próximo TOP 10, en el 2009!
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