lunes, julio 23, 2007

Sobre las Nuevas Maravillas y las Viejas Decepciones



Reaparezco luego de algunos avatares en mi absrovente trabajo (créanme, ¡más absorvente que nunca!), mi salud y mis quehaceres familiares, para desenbuchar muchas cosas guardadas en el tintero. La que más retumba en mi cabeza en las nuevas maravillas arquitectónicas del mundo. Mientras los sudacas bailamos en una pata, luego de adjudicarnos 3 de las 7 nuevas maravillas (no nos había ido tan bien en algo que no sea fútbol), los griegos se resienten por no tener a su consentida Acrópolis entre las ganadoras y los franceses, en su reingeniería de soberbia, modifican las reglas del juego para las finalistas, con una abierta intención de explicar su marginación de las finales, como víctimas del sistema.

¡Bien por la Muralla China! Muy merecido el primer lugar. Machu Pichu también tiene un merecido segundo lugar. Peeero... ¿Chichen Itza? En lugar de ella -que es una pirámide reconstruida y pequeña- habría puesto la pirámide de Teotihuacán. ¿El Cristo del Corcovado?... ¡Ese ganó sólo por barra! Al pobre Cristo del Corcovado le tocó jugar el papel de la gordita candidata a "Princesita del Barrio", que va al certamen con toooda la familia al certamen, para que le hagan barra, y que gana el premio de "Miss Congenialidad" con tal que la barra no destroce el local.

Otro premio muy bien dado es Petra. El Tag Mahjal ni me va ni me viene, pero entiendo que sea un edificio que despierte pasiones en las multitudes, a causa de la historia que hay detrás de su levantamiento.

Sin embargo, el que más conflictos me causa es el Coliseo Romano. Como la mayoría de las joyas de la arquitectura romana, se trata de una construcción audaz, ingeniosa y monumental. Pero todas esas virtudes, que también se las puede encontrar en el Panteón, por ejemplo, se ven oscurecidas en el Coliseo a causa de su macabra función de matadero de los "enemigos del Imperio". Si los campos de concentración de Auchswitz hubiesen sido colocados en una ingeniosa y bella infraestructura que represente la belleza y el ingenio de la época, ¿habrían votado por ella como maravilla del mundo? Yo, no.

En conclusión, las nuevas 7 Maravillas del mundo no son tan maravillosas. Personalmente, me hace falta ver al Hagia Sophia (el único edificio en el mundo por el cual estoy dispuesto a llorar), el Panteón, o el Acrópolis. ¡Éste último pasa ahora a tener el Record de ser el unico canditado a maravilla que ha sido rechazado como tal DOS VECES!

Ahora, ¿a qué se debe este mal sabor de boca? Pienso que el "concurso" de las 7 Nuevas Maravillas fue mal manejado. Al tratarse de una votación por Internet, yo habría puesto limitantes a la cantidad de votos por computador, y hasta hubiera impedido que los votos puedan ser a favor de un objeto ubicado en el país del votante. Si a esas cosas se le añade esa ceremonia por televisón, digna de "Miss Universo" (sólo faltaba ver a Thrump en el público), nos queda confirmada la vanalidad con la que hemos buscado definir a los más bellos objetos creados por la humanidad.

Este evento es -en definitiva- una muestra fidedigna de la forma en la que comprendemos la belleza en la actualidad. Efímera, vanal, cursi, extravagante. La belleza actual busca más ser un ícono que sobresalga del montón por sus diferencias y no por sus virtudes.

¡En fin! Espero que las pirámides de Egipto se reivindiquen en la próxima elección, dentro de mil trecientos años.

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