Sobre Da Vinci puedo decir con certeza que prefiero más sus esudios anatómicos a sus cuadros. Creo que lo mismo me pasa con Santiago Caltrava. En ambos casos -Da Vinci y Calatrava, cada cual en su repectivo estrato de importancia- encuentro más interesante sus etapas de exploración que sus conclusiones plasmadas en arte.Junto a estas líneas, una foto del "Turning Torso" de Calatrava, construido en Mälmo, Suecia. Quizás una de las más interesantes obras realizadas por el arquitecto en los últimos años; aunque no supere en audacia a los puentes que lo dispraron a la fama. Más abajo de estas se encuentra uno de los croquis de estudio del arquitecto para dicho proyecto. Personalmente, siento que hay más potencial en el estudio que en la obra final. Sin quitarle mérito a la torre, siento que perdió mucho de la dínamica que muestran los trazos de Calatrava, en el momento de explorar con el lápiz sobre el papel.
Sin embargo, debo resaltar que hay algo en la arquitectura de Calatrava que merece mis respetos, y ello es la forma en la que logra desarrollar proyectos a modo de ícono de manera limpia, sin engendrar mutantes de vidrio o titanio. Ese punto se lo doy a Calatrava, y se lo quito a Ghery, Koolhaas, Hadid, y demás tranformadores de la arquitectura en una pasarela mundial de colecciones de verano, que se usarán y se botarán.
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