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viernes, enero 25, 2013

Una entrevista sobre los problemas Urbanos de Guayaquil.

El Diario Expreso nos pidió nuestra

opinión sobre los problemas

urbanos de Guayaquil;  junto a

otras personajes.

no-transito

Haz click sobre la imagen, para leer la entrevista.

"La Casa", mi columna de ayer en "El Universo".

Les dejo mi más reciente publicación en el diario El Universo,  donde propongo interpretar a la casa como la unidad espacial de la justicia. Espero sus comentarios.

Para leer el artículo, haz click!

lunes, septiembre 03, 2012

Un ‘Ecce Homo’ en la Calle Panamá.

Mi colaboración de hoy

con “Gkill City”.

Una breve reflexión crítica

sobre los museos propuestos

para la calle Panamá.

ecce arquitectura

Haz click sobre la imagen para leer el artículo.

martes, agosto 14, 2012

viernes, junio 22, 2012

La 2da Parte de “La Descarga”. Una Charla sobre el estero Salado.

Les dejo aquí la segunda parte de “La Descarga”. En esta ocasión, Andrés Crespo y José María León me invitan a conversar sobre el estero Salado; su trágica situación actual, y el potencial que tiene, si logramos rescatarlo.

viernes, junio 08, 2012

"La Descarga" inicia su 2da Temporada con "Ladrillazos".

Tuvimos el placer de colaborar con los amigos de Gkill City, en el inicio de su segunda temporada de "La Descarga".

En medio de un ambiente muy inusual, rodeados por un escarabajo VW rojo, mis hijos -el "Punkerito" y el "Budha"- y una pileta de Mickey Mouse, pudimos conversar temas importantes para Guayaquil;  como el rescate del río Guayas, el estero Salado, el patrimonio arquitectónico fueron parte de este conversatorio entre panas preocupados por el futuro de la ciudad.

Que lo disfruten!


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jueves, mayo 31, 2012

Escribiendo Casas y Ciudades.

 

Muy a pesar de la redundancia que ello implica, dejo a consideración de ustedes mi reseña  sobre aquel ensayo de arquitectura guayaquileña que publicara Don José de la Cuadra en 1933.

Este artículo se publicó en el suplemento “Edificar” del diario “El Universo”, el viernes 27 de abril.

Edificar 2704

(Haga click en el gráfico de arriba).

miércoles, mayo 30, 2012

Nuestra Conferencia en TEDx Peñas 2012.

 

El pasado 9 de marzo, tuvimos la oportunidad de participar como conferencistas en TEDx Peñas 2012; y compartir nuestra visión sobre la arquitectura, el urbanismo, Guayaquil y su potencial como metrópoli.

lunes, diciembre 19, 2011

José de la Cuadra: Arquitecto.

 

A continuación, comparto esta joya maravillosa, escrita por el José de la Cuadra, sobre la belleza urbana y arquitectónica del viejo y casi desaparecido Guayaquil. 

Esta crónica del escritor Guayaquileño, titulada “La Canción de las Casas Antiguas del Puerto”, delata una sensibilidad estética que va más allá del universo de las palabras;  y se enraíza en el mundo cotidiano que le rodea como ciudadano y artista.  El escritor confiesa su encanto por la belleza de aquella ciudad de café, cacao y madera que inspiró muchas de sus obras; y que el pasar del tiempo las ha convertido para nosotros en leyendas de fantasmas.

Esta crónica se publicó en la revista “Semana Gráfica”, el 24 de junio de 1933. Se encuentra reproducida en el libro “Obras Completas José de la Cuadra”, publicado por la Biblioteca Municipal de Guayaquil en abril del 2003.

Espero que lo disfruten tanto como yo.

de la cuadra

LA CANCIÓN DE LAS CASAS ANTIGUAS DEL PUERTO

OBRAS COMPLETAS

JOSE MARIA DE LA CUADRA.

HAY UN POEMA DE LAS CONSTRUCCIONES. Pero las construcciones, ellas mismas, poemas. Poemas facturados con materiales sólidos, -piedra, madera, cemento- en vez de con espumas de sueno como los otros. Así, los arquitectos resultan en el fondo tan poetas como los que alinean versos, con la diferencia de que son gentes de más serias costumbres y arreglado modo de vivir. Lo cual no empecé a que forjen obras maravillosas, cuyo arranque inspirante parece como que se encontrara en el laberinto de los delirios oníricos.

La elocución poética guarda correspondencia con el equilibrio arquitectónico, y muchas de las modestas reglas del obrar de alarifazgo son, si bien se las mira, cánones de armonía inanimada.

Definiendo la arquitectura religiosa, se ha dicho que ella es la plegaria.

Es verdad.

Pero, todavía anda más allá la verdad.

Intentare una definición

En general: La arquitectura es la poética de los sólidos.

Hallo justo el concepto metido en la metáfora.

Más, si estos no me extrañan, por lo menos me aparta del asunto.

Hay un poema de las construcciones, repito.

El de las viejas casas guayaquileñas, no ha sido escrito aun. Palpita no mas en cierto ambiente insigne que s e esta esfumando y que pronto terminara por recluirse en las crónicas tradicionales para regalo de las honradas polillas.

Yo he pretendido más de una vez esbozar el canto de las antiguas casas del puerto. Lamentablemente, no soy poeta, y la canción se me escapo como un poco de tierra entre los dedos angustiados.

En el prologo de Repisas amaño tientos liricos, bastante desastrados por supuesto, sobre el tema evocador.

gye

En mi novela Los monos enloquecidos que lleva eternidades de imprimirse en España sin que la pobre aparezca por ninguna parte, un protagonista cuenta así, entre otras cosas, al describir el Guayaquil del pasado: “A Las Calles se asomaban las fachadas de la casas de umbrosos soportales, hospitalarios refugios contra el sol quemante, los aguaceros cerrados de Chongon y los cortante vientos de Chanduy… Eran casas con toldas de lona blanca como velas de balandra… Eran más cordiales, mas propicias, más hogareñas… Grandotas, cabía en ellas, integra una de esas largas familias patriarcales que entonces había… Eran Feas, quizás; pero tenían no se quede maternal… ¡Ah, y con sus techos de tejas coloradas eran frescas como una tinaja de piedra pómez!”.

En propiedad, estas casas vestidas de trapo pertenecieron a la carpintería colonial y dejaron de hacerse en el siglo anterior, por ahí a raíz de la peste negra virtualmente han desaparecido. Quedan alguna que otra, vergonzantes, refugiadas en callejones sórdidos por donde transcurre, a media noche, la sombra en pena de una época muerta. Estas casas viven ya más en el recuerdo de los ancianos, cuya memoria es un museo ambulante. Tienen, pues, una existencia imaginaria, o si se prefiere, histórica.

A esta generación de casas achaparradas sucedió otra, muchos de cuyos esbeltos ejemplares e mantienen en pie, viéndose como chatos y preteridos entre esos castilloides de cemento armado o de hormigón que son las moradas de hoy y que, para mí desentonan en el escenario paisano.

Aclaro: no peco de amor por lo ido, por ilustre que fuere… Que no rimen con el panorama los edificios modernos, no significa que desconvengan… Acomodo tan solo un punto de vista estético.

En mi opinión, para que la vivienda sea bella en el conjunto natural, ni ha de ser más alta que el árbol más alto, y nuestro árbol mas alto es la palmera…

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La casa es como la mujer del árbol vecino y, en la mensura shakesperiana, ha de quedar un poco cabe su protección, bajo la copa. La fronda sobre el techo es un amparo más: un doble cobertizo contra el cielo inclemente.

En nuestro paisaje de mansa llanura y rio amplio, acuerda mas la casa ancha y de corta alzada. Como que la casa demasiado erguida, estrecha y ágil, semejante a una torre, se hubiera hecho para los sitios de montana, en donde levante dominio, y enseñoree, y se quiera poner en pleitos de encumbramiento con las cúspides.

Estas buenas casas nuestras fin de siglo XIX y albor del siglo XX, llevan también trazas de desaparecer en breve.

Tan pocas restan en la plenitud de su construcción inicial que uno ha de referirse a ellos por unidades. Son unas cuantas mansiones burguesas en el malecón, mirando al agua.

Y aun no tienen su canción

No obstante, se la merecen.

Lo positivo es que si en esta oportunidad no se las canta, se irían así al ayer. Los poetas de mañana no repararan en su suave poesía intrínseca sino que las consideran en cuanto símbolos de una era de rijosa explotación, y las odiaran lo propio que ahora odiamos el aparato de los tormentos abolidos.

Vendréis, pues en ruinas, os caeréis a pedazos podridos; os tornareis de escombros, y dejareis vacio el solar que fuera el vuestro, ¡oh, casas antañonas!; y todo eso se consumara en un desesperado silencio, sin música de versos y sin las bonitas figuras literarias de que tanto placían las muchachas que os habitaron…

Mejor desde ya habrá que tratar de vosotros en conjugación de pretérito.

Si; es más sincero, ¡oh, clásicas casas del puerto! para quienes no ha habido gracia de cantar…

Sin embargo, vosotras erais hermosas como matronas bien conservadas… En vuestras fachadas de claros colores, con grandes chazas de persianas o barajas menudas, reflejaba el sol jugando su juego de iris y la Luna, jugando sus juegos de plata… En vuestros soportales, preservabais siempre una umbría madura para los enfebrecidos trajinantes… EN vuestros zaguanes solemnes, por los que habría cabido entrar una procesión de Domingo de Ramos, había siempre un rincón para el beso escondido… En Vuestros cuadrados patios de arena secabais la Pepa de oro, y con frecuencia, también, de tisis, el pecho de los cacahoeros… EN vuestras enormes cocinas – cocinas de feudalidad eran, y por eso, parecidas a las de las viviendas medioevales-, mientras humeaban las viandas se armaban tertulias populares entre los servidores caseros y los peones que venían cada semana de la hacienda, trayendo los productos… En vuestros comedores, que se abrían sobre el claustro y que olían siempre a cacao fresco y a agua en recipiente de barro, se servían banquetes opulentos…

En vuestras piezas de estar; se movían pausadamente las hamacas, tamañas como canoas cargueras, en las cuales decurría, de nacimiento a muerte, con un perezoso ritmo de balance, la existencia de los patrones, con horros intervalos de verticalidad laboriosa…

En vuestras inmensos salones, alumbrados por gigantescas arañas que quemaban torrenteras de gas. Dabanse las fiestas; el piano de cola inundaba de ruidos la calle cuando tecleaban las alegres polcas y los inacabables valses en La Mayor… En vuestras galerías fronteras, cuyo modelo copiasteis de la cubierta de los barcos, sonaban las niñas, vuestras niñas, las niñas de la casa…

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Eran atractivas vuestras damas jóvenes, con sus largos trajes, sus corpiños subidos, sus trenzas caedizas y sus ilusiones en la cabeza; asomadas a la ventana, contemplando el rio, sonaban sus sueños dorados que al amontonarse los anos se convertían -¡como siempre!- en una pedestre domesticidad; al compas de la hamaquita leían los libros que mandaba el primo que estudiaba en Europa y en el cual esperaban un presunto consorte, o entonaban, generalmente muy mal, pasillos alaridos por Julio Flores; y muchas recitaban, con llanteos de oratoria romántica, composiciones truculentas, donde había un hombre que se mataba por una mujer a la cual no le venían en gana natural el enamorarse de él… Algunas de esas doncellas maltrataban el francés… Verlaine estaba de moda.

Verlaine había revocado sus parnasianismo pisaba su etapa sentimental… A aquellas muchachas se les ocurría delicioso cuando exaltaba a su amada, que, como ellas mismas solían usarlo, puesto o impuesto, tenían un nombre carlovingio…

¡Lastima de esas vírgenes que ha rato dejaron de serlo, aun cuando sea por haberse matrimoniado con el sepulcro!

Para alguna de ellas, frente a cualquiera de vosotras, ¡Oh, casas antañonas!, sonaría una madrugada antigua la ultima serenata.

Es profundamente sensible que ese charrasqueo de bandurrias y guitarras haya sido también la postrera canción que tuvisteis, ¡oh, viejas casas del puerto!

miércoles, diciembre 30, 2009

Salinas: Urbanismo de una Playa con Muralla.

 

muro de salinas

Con el fin de año se inicia la temporada playera en las costas de Ecuador.  Lamentablemente, las playas de nuestro país no están libres  de las barbaridades arquitectónicas y urbanísticas; y esta situación se vuelve aún más preocupante, cuando nos percatamos del gran volumen de obra que se lleva a cabo en la actualidad,  frente a las costas ecuatorianas.  Es por ello que he decidido realizar un breve análisis de Salinas, la principal ciudad vacacional del país. Quizás así, Playas, Crucita y Tonsupa estén a tiempo de evitar errores que pueden ser contraproducentes con el pasar del tiempo.

Desafortunadamente,  Salinas comenzó su vida como ciudad-balneario como una playa mutilada.  La actual base militar de Salinas –heredada del ejército americano, que se asentó en tal lugar, para defender de un posible ataque japonés al canal de Panamá- le quitó a la ciudad una de las mejores playas, la ensenada natural que se hace a continuación de la playa de Chipipe.  Adicionalmente,  esta presencia militar impidió que Salinas aprovechara el privilegio geográfico de tener mar en dos frentes de costa.  La pista de aeropuerto Cosme Renella se encuentra contiguo y paralelo a las costas de Mar Bravo;  locación que hubiera sido excelente para un segundo malecón y que pudiera convertirse en playa balneario con la construcción de un rompe-olas común y corriente. 

Actualmente,  las promotoras privadas están interesadas en aprovechar el potencial de la costa sur de Salinas, en la playa contigua de Punta Carnero,  fuera de los límites de la base militar. Sin embargo,  la falta de planificación está llevando al sector a una próxima asfixia de espacio público;  pues se están cometiendo los mismos errores que se cometieron en la zonal del Malecón de Salinas. Triste,  pero cierto.

El Malecón de Salinas dejó de ser una playa atractiva hace más de veinte años. Es por eso que en la actualidad la playa de Chipipe es la que recibe de forma abrumadora a todos los turistas que aún están dispuestos a luchar contra un mar de gente, con tal de conseguir un metro cuadrado de playa.  Esta también es la razón por la cual muchos turistas optan por viajar a muchas poblaciones cercanas, con playas menos atiborradas de gente;  o usan Salinas como cuartel para –desde ahí- emprender viajes hacia las playas de las poblaciones aledañas.

Es urgente que se realice una regeneración de playa en el Malecón de Salinas.  Sería interesante que dicha regeneración no sea solamente entendida como una ampliación de la banda de playa,  y que se aproveche la oportunidad de llevar a cabo una regeneración del ecosistema submarino, junto a la costa.  En la primera edición de los Premios Holcim,  un grupo de participantes provenientes de Asia,  planteó una estructura para “resembrar coral” en áreas que han sido afectadas por la mano del ser humano.  La implementación de ideas como esta podrían ampliar el espectro turístico de Salinas,  transformándola en una playa de buceo cercano,  además de un balneario.

estructura para coral

Un aspecto ahora irreparable de Salinas tiene que ver con su disposición urbana. La línea de edificios altos, contiguos al Malecón terminó matando la plusvalía de los terrenos posteriores,  pues su crecimiento continuo impide que los terrenos posteriores disfruten de la tan anhelada vista al mar.

salinas actual

Hubiera sido interesante intercalar cuadras de alta densidad con cuadras de baja intensidad,  tal como ocurre en otros balnearios del continente.  Esta técnica permite que muchos más lotes se beneficien del paisaje, y permite que las cuadras de baja densidad abarquen espacios comerciales que se convierten en puntos de encuentro que desahogan en parte la ocupación de la playa,  tanto de los turistas,  como de los comerciantes.

salinas as it should

Hay que reconocer que Salinas ha logrado sobreponerse a estas adversidades.  Poco a poco –y quizás inconscientemente- Salinas dejó de ser “sólo” un balneario, y se ha transformado en un centro de entretenimientos de jóvenes adultos.  Muchos de los viajeros que actualmente llegan a la ciudad van con la intensión de disfrutar de la vida nocturna del sitio;  y gran parte de ellos lo hace sin siquiera tocar playa alguna durante todo el fin de semana.

playa salinas

Sin embargo,  no está de más que Salinas quiera recuperar y mejorar su calidad de balneario,  retomando muchas de sus actividades y mejorando su infraestructura turística.  De esa forma,  dicha ciudad recuperaría a muchos de sus viajeros,  que actualmente optan por playas más distantes.

viernes, diciembre 18, 2009

La Ciudad sin Luz y sin Silencio.

guayaquil sin luz

Mi ciudad vive sin luz. Mi ciudad es parte de un país compuesto por ciudades sin luz, dentro de un continente que se llena de presas hidroeléctricas secas.

Mi ciudad ha viajado en el tiempo, fusionando con el presente dos capítulos del pasado. El siglo XXI se nos presenta de manera burlesca, ataviado con las tinieblas de la Edad Media y las humeantes esquinas de toxicidad victoriana.

Cuando la luz se va, se va gran parte de la gente, y aparecen los generadores. Vienen de todos los tamaños y colores. La ciudad se llena de ellos. Las conversaciones se apagan. Cuando se va la corriente, también se va el silencio con ella.

Cuando se va la corriente, nos visita un poquito de muerte. La ciudad respira más porquerías que de costumbre. Curiosamente, nadie saca un estudio de impacto ambiental que hable sobre las consecuencias de tanto generador metido en el espacio público. Compadezco a mis amigos de barrio que hacen su vida en los soportales de las calles, por el hollín que les meten en los pulmones. Siempre que puedo, les recomiendo entrar en sus casas.

En mi estudio sobrellevamos la situación gracias a las baterías de las computadoras portátiles. Distribuimos el tiempo de tal modo que las exploraciones tradicionales se hagan durante los apagones. Antes, cuando los apagones nos arrebataban la mitad del día, tuvimos que volvernos noctámbulos. Dibujos a mano alzada y maquetas de día; planos digitales de noche. La arquitectura se volvió mas monástica que nunca.

Más allá de las responsabilidades políticas –presentes y pretéritas- implicadas en esta situación, interpreto esta situación como un síntoma más que delata la próxima llegada de un segundo oscurantismo; lo cual se complementa con un planeta que se hartó de vivir domesticado por nosotros. Los apagones no son sólo en Ecuador; también ocurren ahora en Venezuela, Bolivia y parte de Colombia. Perú y Panamá hacen esfuerzos bárbaros para no tener que restringir la electricidad. En lo que va de esta década, California, Nueva Inglaterra y parte de Canadá han tenido situaciones semejantes, aunque no tan prolongadas. No sólo volvemos al pasado; lo repetimos en un estrato superior. Tal como los romanos arrasaban con cultivos, ganados y bosques en sus termas y bacanales; nosotros nos atiborramos de corriente; tragando más de los que producimos.

Quizás seamos sólo la punta de un iceberg degenerativo de la infraestructura mundial. Después de todo, la cadena se rompe siempre en su eslabón más débil. Aún así, no queda más que pedir por tiempos mejores.