( ficción )
Los arquitectos –esa especie rara, hace mil dibujos para construir 3 cosas- migran a Nueva York. Ocurre cada cien años. Vienen de todas partes del mundo. Se quedan en la ciudad, revoloteando alrededor de las maravillas construidas que encuentran en ella. Edificios, museos, templos, parques y rascacielos se ven súbitamente sitiados por estas alharaquientas criaturas, que de lejos y de cerca contemplan estas obras, mientras aprenden a babear sin perder su dignidad.
Después de unos días, la invasión termina; a la misma hora, en el mismo lugar. Los arquitectos entran en bandada dentro de Penn Station, a morir en el mismo sitio donde falleciera Louis Kahn, años atrás.
Normalmente, la administración del metro se ve forzada a cerrar el tráfico en esa estación , hasta que el servicio de limpieza recoja la enorme cantidad de arquitectos inertes que inundan los baños, escaleras, andenes y rieles.
2 comentarios:
Qué bueno! En el 99 dejé lagunas de baba en NY!
yo pase varias horas sentado en penn station, siendo aun estudiante, viendo pasar gente y tomando fotos... que suerte que no me encontro la muerte y me volvi para quito... quizas porque en el fondo no soy arquitecto
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