Entendemos por arquitectura visceral toda aquella construcción que fue hecha sin supervisión profesional alguna. Suelen ser diseños “salidos de las entrañas del cliente”, quien en estos casos, suele recurrir directamente al maestro mayor o empieza a armar su casa con sus propias manos, en compañía de sus vecinos y demás colaboradores.
En estas semanas, en las cuales he viajado mucho por la costa ecuatoriana, me he dado el tiempo suficiente como para deleitarme en tan divertidas y pintorescas ocurrencias.
El primer ejemplo que les muestro es esta casa, ubicada camino a San Vicente. Al verla, termino retorciendo algunos versos de Francisco de Quevedo y termino escribiendo cosas como:
“Erase una vez, una casa a un escalera pegada
Una escalera superlativa…”
El Segundo ejemplo, sobre esta líneas presenta una genial solución para quien está corto de presupuesto: si no tienes capital suficiente para hacerle ventanas a tu vivienda, ¡PÍNTALAS!
¿Y acaso ustedes creían que en la arquitectura no había realismo mágico?
¡Pues ahí lo tienen!