TOROS EN GUAYAMI: No entiendo el por qué de la protesta. Veo dos facciones involucradas en el escándalo: los ambientalistas y los regionalistas. A los últimos, hay que decirles que la tauromaquia no se inventó en Quito, sino en España; y que ciudades como Lima y México también la practican. A los ambientalistas, hay que recordarles las condiciones en que se faenan las reses en la mayoría de los mataderos del país. Ese problema no sólo implica mal trato a los animales, faeneados de maneras stressantes y antihigiénicas. Ese aspecto sí nos afecta, mucho más que matar un toro en una plaza, pues conlleva a malos productos para el consumo humano.
Personalmente, la tauromaquia no me parece ni un arte, ni una masacre inmunda. La entiendo simplemente como un reflejo de nuestra animalidad. Es como jugar con la comida, tal como lo hace el gato, antes de comerse al ratón. Me choca el hecho que exista gente que pelee por los derechos de un animal no humano, ¡cuando hay tantas personas que viven en condiciones PEORES a las del toro! No se trata de un animal en vías de extinción. Se trata de un animal tan dependiente de los humanos, que seguramente morirá con nosotros, en caso que nos extingamos.
En todo caso, háganle caso al viejo Paul Mc Cartney. Sean tolerantes. "Vivan y dejen Morir". Antes de rayar la pintura de los autos parqueados afuera del coliseo, consideren el respeto a la propiedad privada, y aprovechen su actual organización para combatir cosas REALMENTE INHUMANAS, como el agua no potable que hay en el sur de la ciudad, la pornografía infantil, el coyoterismo, etc. ¿Quieren pelear por una causa noble? ¡Bien! ¡Empiecen por buscar causas HUMANISTAS!
CONSTITUYENTE VS CONTITUCIONAL: ¡El problema no es el método! El VERDADERO problema son los escogidos para realizar los cambios, que dicho sea de paso, sí son necesarios. Peor problema que los diputados somos nosotros, que los escogemos y nos quejamos. Los cambios que necesitamos ahora en este país se podrían hacer desde el Congreso y desde Carondelet, si no fuera por aquellos que ocupan las curules y los sillones. Este país vive actualmente sin Corte Suprema, sin Tribunal Constitucional, sin Contralor designado y sin Ministro Fiscal designado. ¡POR DIOS! Si Platón viviera, nos catalogaría de "Oligarquía"; en su verdadero significado, y lejos del entendimiento que los populistas tienen de la palabra.
Quizás una Constituyente con plenos poderes pueda llenar esos vacíos de poder, pero una vez más, la duda es, con quién. Quizás lo mejor sería adelantar las elecciones y darle facultades contitucionales al Congreso durante su primer año de gestión; siempre y cuando EL VERDADERO CAMBIO se realice, no en los tecnisismos, sino en nuestra expresión de voto.